Prueba Diagnóstica |
GUÍA DE ESPACIO GEOGRÁFICO. CONCEPTOS.
ESPACIO
GEOGRAFICO Y TERRITORIO: FUNDAMENTOS, ANÁLISIS Y SÍNTESIS
Capítulo del Libro
intitulado “Geografía Actual” del Prof. Elías Méndez Vergara del Instituto de
Geografía y Conservación de Recursos Naturales, Facultad de Ciencias Forestales
y Ambientales, Universidad de Los Andes. Mérida -Venezuela.
1. ¿Es el espacio geográfico el objeto de estudio de la Geografía?
1. ¿Es el espacio geográfico el objeto de estudio de la Geografía?
Ciertamente el espacio geográfico es el objeto de conocimiento de la Geografía.
La noción de espacio, en términos genéricos, ha estado siempre presente en el
discurso de la geografía. Muchos geógrafos han considerado que el espacio es un
sustrato material sobre el que ocurren los hechos naturales y socioeconómicos,
en el que es posible describir de manera autónoma un conjunto de hechos y
procesos regulados por variables explicativas como la distancia, la geometría y
el tiempo.
Planteado de esta manera, el espacio sería un objeto más de la realidad
material, independientemente de la sociedad, regido por leyes específicas
diferentes que permitirían explicar los denominados procesos espaciales. Esta
concepción teórica recibió la denominación de “vicio espacialista” y su crítica
facilitó comprender la imposibilidad de aislar el espacio como si fuera un
objeto más de la realidad material, por cuanto es una cualidad permanente de la
misma. Cfr. Coraggio, J. L. (1981).
Agrega Coraggio que la naturaleza y la sociedad son dos entidades que
interactúan, que se articulan en un complejo social en el que se conjugan tanto
categorías sociales como naturales, ya que estas últimas constituyen una
condición de existencia del todo social.
Pareciera, entonces, que el espacio en términos genéricos no puede ser
considerado como un objeto más de la realidad sino una de sus dimensiones. No
existe por si solo y, al igual que el tiempo, es dimensión de hechos y procesos
que ocurren en el mundo material, sean naturales o sociales. El espacio no
puede producirse, como tampoco se puede producir el tiempo; simplemente existe
como condición de existencia de lo material igual que el tiempo. Cfr.
Yujnovsky, O (1983).
El espacio es por tanto una parte inherente a todos los objetos y procesos que
ocurren en la realidad. No es un receptáculo o superficie vacía sobre el que
ellos se depositan. Con igual sentido, la superficie de la tierra o el
territorio, por ejemplo, no son el espacio, sino objetos materiales concretos,
con las dimensiones de cualquier objeto material. En consecuencia, el espacio
en términos genéricos y bajo las consideraciones señaladas, en opinión de los
autores reseñados no parece ser el objeto de estudio de la geografía, porque en
este caso tendría que asumir el conocimiento de una cualidad que es propia de
la física.
Al considerar el espacio como creación de la sociedad, que se sirve de él y lo
interviene, y al incluir los conceptos de localización, distancia, movilidad y
organización espacial, es que surge la noción de espacio geográfico que viene a
constituir el centro de atención de la geografía.
La localización expresa ubicación, extensión y relaciones que adquieren los
hechos geográficos en un espacio dado. Implica considerar tanto el lugar
específico en que se ubique el hecho como su situación y con ella las
relaciones que se producen con otros hechos y lugares con los que guarda
correspondencia, para configurar una malla de flujos interrelacionados.
En su explicación participan diversos factores constituyentes de la estructura
y dinámica de la unidad espacial o territorial, de orden físico – natural,
socioeconómico y político-administrativo.
La distancia se refiere a la extensión e intervalos que median entre los hechos
geográficos y los lugares donde se ubican. La accesibilidad y conectividad son
el centro de la explicación y las expresiones espaciales de las relaciones
resultantes indica la forma y configuración que adquiere en el espacio
geográfico, donde alcanza significación el concepto de fricción espacial.
La movilidad se relaciona con movimientos, desplazamientos y transformaciones
que se producen en un espacio considerado. Su dinámica se expresa en procesos
de ocupación, formas de habitar, concentraciones y diferenciaciones espaciales.
La organización comprende la distribución y disposición de hechos geográficos
de manera conjunta con la expresión espacial de procesos relativos a los usos
de la tierra y las actividades económicas concurrentes, la localización de
asentamientos humanos de base urbana y rural, la cobertura de infraestructura
de servicios y la conectividad territorial, teniendo en consideración la base
físico-natural que les sirve de soporte y condicionante. La organización
adquiere significación geopolítica cuando en su conformación ha intervenido
acciones deliberadas del Estado.
Por las razones de orden teórico expuestas, al referirse entonces al espacio de
interés para la geografía se ha recurrido a la noción de espacio geográfico,
con lo cual se le brinda identidad epistemológica y se facilita su análisis
como respuesta metodológica y práctica social, al entender que los hechos y
procesos responsables de la estructura y dinámica de un ámbito geográfico
considerado, no son independientes de las acciones y actuaciones de la
sociedad, históricamente determinada y visto a escalas diversas.
En todo caso, a los efectos de una discusión sobre los fundamentos teóricos del
espacio y del espacio geográfico es de interés recurrir a un conjunto de
autores, entre otros: Dollfus, O (1970); Boudeville, J. (1970); Coraggio, J.L.
(1981); Yujnovsky, O. (1983); Trinca, D. (1984); Rojas, A. (1989), Santos, M.
(1980), (1996), (1997), Ortega, J. (2000); y Brunet, R, (2001).
Espacio geográfico
Es una unidad espacial conformada por un conjunto de atributos, hechos y
procesos no considerados de manera aislada y visto a escala del mundo, de la
región y de lo local.
Atributos del espacio geográfico.
Proporcionan identidad y especificidad en el contexto de la pluralidad del
espacio geográfico. Se refiere a las condiciones físico-naturales, la
población, las actividades económicas y usos de la tierra, la red de centros
urbanos y de asentamientos rurales con sus respectivos ámbitos, la
infraestructura de servicios, la conectividad espacial y la estructura
político- administrativo.
Hechos geográficos
Conjunto de dones o manifestaciones naturales y de objetos de orden cultural
contenidos en el espacio geográfico, cuyas relaciones y alcances encuentran su
dimensión en la espacialidad, es decir en los procesos que definen su condición
esencial.
Espacialidad o procesos geográficos
Conjunto de acciones, relaciones e interrelaciones de carácter social,
económico, político y cultural, que se ponen de manifiesto en los procesos de
ocupación, localización, distribución, usos y configuración espacial o
territorial.
Por otra parte y previo a la definición y sustentación del espacio geográfico
como objeto de estudio de la geografía, parece oportuno tomar nota de la
exposición que realiza Ortega, J (2000) en torno a su consideración como
producto social.
Percibir el espacio geográfico como un producto social, es ubicarlo en una
dimensión que trasciende la noción matemática o geométrica del espacio como
sustrato natural o físico. “La identificación del espacio como objeto y
producto social, es una de las contribuciones más significativas de estos
últimos decenios. Aparece como una vía de indudable interés y atractivo en el
proceso de construir el conocimiento científico para la geografía. El espacio
social trasciende radicalmente el espacio geométrico de los neopositivistas y
se convierte en producto del proceso social… delimitando de esta forma un objeto
de análisis para la geografía”. (Idem. P. 359).
Lefebre (1974) citado por Ortega (2000) señala que una construcción teórica
sobre el espacio como producto social, exige la consideración del espacio
físico, el espacio mental y el espacio social. Explica que el espacio social
surge de las fuerzas productivas y relaciones de producción existentes en cada
momento histórico, que identifican la práctica social en el contexto del
conjunto de actividades socioeconómicas. Este espacio concebido desde esta
óptica, envuelve objetos producidos, procesos y relaciones.
El espacio geográfico como producto social encuentra en la naturaleza recursos
y materias primas de carácter polivalente, porque es material y formal, son
productos que se consumen y es medio de producción. Las fuentes de recursos
naturales y el flujo de materias primas y energía modelan el espacio y
recíprocamente tales flujos y redes son condicionados por éste.
Sostienen además que las estructuras espaciales responden al proceso de
producción social, que en sí es un momento activo en el contexto de la dinámica
temporal de acumulación y reproducción social. El espacio geográfico aparece,
entonces, como capital fijo, vinculado al proceso de producción, siendo
afectado por las inversiones y circulación de capitales en forma variable y
transformado por el desarrollo de patrones tecnológicos.
En esta línea de reflexión, las ventajas de localización como factor
geográfico, atrae e impulsa la dinámica del capital, lo que se manifiesta de
diversas maneras en el cuerpo territorial, en procesos de concentración,
polarización, segregación y diferenciación espacial, esencialmente en cuanto a
producción, intensidades en el uso de la tierra y la distribución de la
población.
De igual forma, la orientación y volumen de las inversiones públicas y
privadas, la existencia de centros de innovación tecnológica, la evolución de
la demanda social, el grado de respuesta a satisfactores de necesidades de
grupos sociales, la presencia y conformación de economías de escala y aglomeración,
la cobertura de infraestructuras y el equipamiento de servicios, entre otros,
incentivan los procesos de ocupación, localización, distribución, usos y
configuración espacial o territorial; es decir, la espacialidad de los procesos
geográficos propiamente dichos y la ordenación del territorio como acción
deliberada en la organización y modificación de espacios geográficos
delimitados y reconocidos.
Este conjunto de condiciones favorables o de ventajas pueden transformarse y
producir desventajas o deseconomías. Mantener estructuras sociales implica
costos e inversiones continuos, que de no ser satisfechos pueden disminuir las
ventajas de localización en un área geográfica determinada, aspecto que
repercutirá en el entorno físico-natural y social, ocasionando diversas
transformaciones y alteraciones espaciales.
Es así como el espacio geográfico, al ser producto de un sistema de relaciones
sociales, de hechos geográficos y de procesos interactúantes, constituye una de
las expresiones más recientes de la dimensión del espacio como objeto de la
geografía.
El enfoque del espacio como producto social se ha pretendido colocar por encima
del enfoque naturalista del espacio, que interpreta a este como medio natural
de referencia; y del enfoque de localización, que considera el espacio como
ubicación, extensión y diferenciación de hechos geográficos.
¿Qué se entiende entonces por espacio
geográfico?
Milton Santos (1996) define al espacio geográfico como una totalidad
estructural formada por un conjunto indisociable, solidario y también
contradictorio de sistemas de objetos y de acciones, no considerados de manera
aislada, y visto a escala del mundo y del lugar.
El espacio geográfico al ser visto a escala del mundo o de la superficie
terrestre como un todo adquiere una dimensión general, en tanto que cuando se
le considera a escala local o regional y parte indisociable de esta superficie,
se configura como un espacio más particular y concreto.
En consideración a las ideas de Milton Santos, interpretamos el sistema de
objetos como el conjunto de hechos geográficos contenidos en el espacio y las
acciones como los procesos relativos a la ocupación, localización,
distribución, usos y configuración espacial.
En cuanto al sistema de objetos, este autor distingue entre objetos propiamente
dichos, producto de una elaboración o intervención social, cada vez más
artificiales, y los dones naturales como producto de una elaboración y
evolución natural, sometidos a las transformaciones crecientes por efectos de
la ciencia y la tecnología. A su vez, a la revolución del conocimiento
científico y de la técnica este autor le otorga una elevada significación en la
concepción del espacio geográfico, en la explicación de la sociedad y en las
relaciones y modificaciones de sus atributos.
La esencia y existencia de cada objeto y dones sucede en relación con otros,
así como también los atributos y cualidades de cada uno de ellos son en un
determinado momento, fuente de interrelación e interacciones. Ello explica que
el análisis del espacio geográfico en cualquiera de sus escalas, no pueda
prescindir del examen de las condiciones y cualidades de sus objetos y dones,
ya que en ellos se pueden encontrar las explicaciones a determinadas relaciones
y procesos geográficos.
Montañez, G. (2001), en la línea de pensamiento de Santos, señala que los
objetos del espacio geográfico, denominados también objetos artificiales,
técnicos o producidos son el resultado de la acción directa o indirecta del
trabajo humano; pueden ser simples o complejos y su concepción, formación o
construcción están condicionados por diversos factores, entre otros por la
intencionalidad social, la significación cultural, la importancia económica, la
evolución técnica y la concepción estética. Ejemplos de objetos del espacio
geográfico son entre otros: una ciudad, la red de centros urbanos y las áreas
metropolitanas; los asentamientos rurales; los sistemas de asentamientos; las
vías de comunicación, los ejes de transporte y circulación; las
infraestructuras de equipamiento; los complejos industriales y otras
actividades productivas; los sistemas de producción y las cadenas de
producción; los usos de la tierra y la estructura y dinámica de la población.
Somos de la opinión que son de interés de la geografía y, por tanto, hechos
geográficos, siempre y cuando se les considere no sólo en razón de su
estructura, sino también de su espacialidad.
A su vez, los objetos naturales, denominados dones o manifestaciones naturales,
pueden ser simples o complejos, sobre los cuales actúan las fuerzas del hombre
y las prácticas de la sociedad para transformarlos. Los objetos o dones
naturales distribuidos en la superficie de la tierra se socializan de acuerdo
con una intencionalidad de la sociedad y de los grupos de poder, para constituir
una oferta potencial de recursos y soporte de múltiples actividades. Ejemplos
de ellos son las montañas, las colinas, los valles intramontanos, las planicies
aluviales y llanuras; los ríos, lagos y otros cuerpos de agua; las playas,
ensenadas, bahías e islas; los bosques, los páramos y diversas formaciones
vegetales, la fauna silvestre; los yacimientos mineros y las fuentes de
energía; entre muchos otros.
Estos objetos o dones naturales contenidos en el espacio geográfico, son de
interés de la geografía cuando se explican en función de la espacialidad. Por
sí mismos los dones o manifestaciones naturales son de interés y explicación
básicamente de un conjunto de ciencias naturales, que le proveen herramientas
de análisis e interpretación a la geografía, que es una ciencia social.
Al ser el espacio geográfico un conjunto indisociable de sistemas de objetos y
acciones, se entiende que no existen objetos ni procesos aislados, por cuanto
unos y otros ocurren como sistemas de relaciones, visto a diferentes escalas o
ámbitos espaciales.
Insistimos, un objeto como hecho geográfico en el contexto del espacio de
interés a la geografía, adquiere significación cuando se caracteriza, explica y
considera además en relación con su espacialidad; es decir, en cuanto a los procesos
de ocupación, localización, distribución, usos y configuración territorial, que
son parte esencial del conocimiento geográfico.
A su vez, el posible carácter contradictorio del conjunto de objetos y de
acciones que conforman el espacio geográfico, proviene de la manera como la
evolución y relaciones de los componentes de ese sistema o conjunto pueden
derivar en su transformación y organización, producto de diversos factores,
entre otros la intencionalidad social.
Es común, por tanto, que se puedan presentar evidentes contradicciones entre
los sistemas de objetos y entre los sistemas de acciones, de cuyas tensiones
emerge la necesidad y direccionalidad de los cambios cualitativos del espacio
geográfico. Cfr. Montañez, G. (op.cit).
A la luz del planteamiento de Santos, M. (1996) y de la explicación de
Montañez, G. (2001), podría expresarse que es en el espacio geográfico donde
tiene lugar el desarrollo de la sociedad en interacción directa con el medio
físico – natural. Constituye parte esencial de la dimensión espacial de las
relaciones y procesos que allí se desenvuelven.
La dimensión de existencia real del espacio geográfico la constituyen los
atributos, los hechos geográficos y su espacialidad, dado que le brindan
contenido, alcances, manifestaciones, relaciones y regularidades. Por supuesto,
los atributos, los hechos geográficos, los procesos espaciales y las
transformaciones que ocurren a lo largo del tiempo no son uniformes; de allí la
explicación de su heterogeneidad y de la pluralidad geográfica.
El espacio geográfico es, entonces, parte inherente a toda sociedad, a la base
físico-natural de soporte y a los procesos espaciales de orden socioeconómico y
político-institucional. En consecuencia, es soporte de un conjunto de elementos
físico-naturales que conforman bases de sustentación de hechos y condicionantes
de procesos geográficos; es aporte de múltiples elementos y procesos de orden
social y económico que se interrelacionan, organizan y transforman para formar
diversos patrones de organización y configuración en una unidad territorial
concreta; y es causa y efecto de acciones de apropiación, control y
direccionalidad por parte del Estado. Viene a constituir la expresión síntesis
de la relación sociedad-naturaleza, que encuentra en el medio físico-natural su
condición de soporte, fuente de recursos y condicionante de hechos geográficos,
procesos y acciones que derivan de la sociedad y de la acción del Estado.
La condición de espacio geográfico connota, asimismo, un conjunto de lugares
que se relacionan, redimensionan y proyectan, cuya identidad geográfica se la
proporcionan sus características, diferenciación y configuración. En este
contexto, a la vez que los lugares constituyen una totalidad concreta, se
interrelacionan y proyectan en una dimensión mayor de carácter regional e
inclusive del mundo. Cfr. Trinca, D. (1993).
El espacio geográfico se caracteriza, por tanto, por ser concreto, observable,
localizable, complejo, variable, multidimensional, medible y cartografiable.
Además, evoluciona en el tiempo y cambia de un lugar a otro, manteniendo su
condición de soporte de hechos geográficos, aporte de recursos y condicionante
de procesos y de sistemas de relaciones.
El espacio geográfico es además un producto histórico, por cuanto existe desde
que aparece el hombre como ser social y se configura como hecho histórico y
cultural, como producto social organizado y como sistema de relaciones y de
interacciones, que se modifica en el tiempo.
La organización del espacio geográfico es un producto históricamente
constituido, que depende de las modalidades que asume sus procesos de
formación, del avance tecnológico, de la intencionalidad social y de sus
componentes reales de carácter físico-natural, socioeconómico y
político-administrativo. Sin duda, el espacio geográfico es organizado por la
sociedad, a través de un proceso histórico, que le transmite sus valores, y es
ordenado como territorio reconocido por la acción del Estado, que le imprime la
direccionalidad a los procesos de ocupación, localización, usos y
configuración, de conformidad con objetivos a lograr y en el marco de ciertas
relaciones de poder que se manifiestan no sólo en el cuerpo social sino también
en el territorio.
Por otra parte, si hemos compartido la opinión de que los atributos, los hechos
geográficos y la espacialidad constituyen la esencia del espacio geográfico,
parece conveniente insistir en aclarar las interrogantes siguientes:
¿Qué es un hecho geográfico? y ¿en qué
consiste la espacialidad?
Un hecho geográfico se entiende como un conjunto de objetos que conforman el
espacio social construido y donde los objetos naturales o dones de la
naturaleza, actúan como productos, fuentes de recursos y condicionantes. Es por
tanto un producto acabado de orden social o manifestación concreta que ocurre
en el espacio geográfico en un momento histórico considerado. Adquiere
dimensiones espaciales o territoriales que comprometen a diversos procesos
geográficos y a escalas múltiples.
Los hechos geográficos poseen varias características:
Ø son productos u objetos sociales que adquieren en la espacialidad su
dimensión concreta en el espacio geográfico, sin obviar los dones naturales que
por su espacialidad alcanzan la condición de hecho geográfico;
Ø encuentran en el medio físico – natural su condición de soporte, fuente de
recursos y condicionante; en el subconjunto socioeconómico su expresión de
aporte y sentido espacial y, en el subsistema político - administrativo
actuaciones para su apropiación y modificación;
Ø en su dimensión espacial son observables, perceptibles, mesurables y
representables cartográficamente. En el contexto del espacio geográfico pueden
ser objeto de medidas absolutas o relativas.
Ø evolucionan en el tiempo, en sus alcances y funcionalidad;
Ø adquieren su significación cuando se les analiza como estructura y se
interpretan a la luz de su espacialidad, es decir de la dinámica de los
procesos de ocupación, localización, distribución, utilización y configuración;
Ø hace alusión a la naturaleza concreta de sus componentes, a la espacialidad y
a la historicidad;
Ø en sus dimensiones encuentran sustento y expresión en los ámbitos local,
regional y del mundo;
El espacio geográfico y su contenido se analizan para generar el conocimiento
adecuado desde la óptica de su estructura y componentes reales, incluido
relaciones. A su vez, desde la perspectiva de la espacialidad, se analiza e
interpreta a la luz de los procesos geográficos propiamente dichos.
La espacialidad es, por tanto, la explicación del espacio social producido por
un conjunto de factores y relaciones de carácter social, económico, político -
administrativo y cultural, que se expresan en procesos territoriales concretos:
ocupación, localización, distribución, usos y configuración, entre otros.
El análisis de la estructura del espacio geográfico y de los hechos geográficos
en él contenidos facilita conocer y explicar los elementos relacionados con el
medio físico-natural, con condiciones de orden socioeconómico y de carácter
político-administrativo. El análisis de la espacialidad busca la explicación en
términos de la regularidad y de la dinámica de los procesos geográficos.
La explicación sobre el análisis de la estructura y la espacialidad se expone
en puntos subsiguientes de este capítulo; previo a ello se aborda la noción de
espacio geográfico y territorio.
2. Espacio geográfico y territorio: ¿dos
conceptos y dimensiones asimilables?
Briceño, M. (1993) señala que generalmente los análisis e interpretaciones
sobre la relación e interacción sociedad - naturaleza asumen indistintamente
los términos de espacio geográfico y territorio para designar y describir los
lugares donde ocurren los hechos y al mismo tiempo expresar su dimensión
espacial. En este contexto, cuando se hace referencia al espacio geográfico la
generalidad de las veces se asocia con el territorio que ocupa un grupo humano
y a sus efectos de diversa índole.
Sin embargo, somos de la opinión que el espacio geográfico y el territorio no
son vocablos equivalentes, ni identidades similares, aún cuando posean
múltiples lugares de encuentro y atributos comunes. El primero es para la
ciencia geográfica una dimensión espacial envolvente del segundo, que al
constituirse en objeto del poder del Estado se configura en territorio y unidad
político-administrativa reconocida, bajo el principio de soberanía.
El territorio, al igual que el espacio geográfico, es teóricamente accesible al
hombre y a la sociedad. Es ocupado, usado, configurado y transformado en
función de objetivos múltiples y por diversos factores de poder, entre otros el
Estado y actores sociales particulares, adscritos a una jurisdicción
administrativa. A decir de Brunet, R. (2001), el territorio es la conciencia
del espacio geográfico.
El espacio geográfico encuentra en su estructura, dinámica y configuración su
significación histórico - geográfica y en su dimensión socio-política el campo
de interés de la geografía política.
El territorio, objeto de poder del Estado, encuentra en la división
político-administrativa su unidad espacial reconocida; en su organización la
expresión síntesis de diversos procesos socioterritoriales; en la ordenación
una acción deliberada del Estado para orientar el desenvolvimiento de las
actividades económico – sociales; en el medio físico-natural condiciones para
sustentar la continuidad del potencial natural; y en la territorialidad y la
soberanía la base de su dimensión geopolítica.
El territorio viene a ser por tanto, la totalidad de un espacio geográfico o
parte sustantiva del mismo, perteneciente a una nación o asociación de ellas,
provincia y municipio; configurado culturalmente, conformado por un conjunto de
atributos de orden físico-natural, socioeconómico y político-administrativo,
derivado de una división político – territorial o de acuerdos estratégicos y regido
bajo el principio de soberanía.
El territorio refleja la historia de ocupación, uso y adecuación de los
asentamientos humanos, de las actividades económicas y del equipamiento de
servicios, así como de la apropiación por parte del Estado o de particulares
con sus propiedades. Es memoria observable de la interacción del
aprovechamiento de los recursos naturales, los procesos de transformación
tecnológica, la configuración del espacio social construido y los resultados de
las políticas económicas y sociales para las comunidades y sus habitantes.
De ello se desprende, a su vez, una apreciación fundamental: el espacio
geográfico es el objeto de atención de la geografía como ciencia; en tanto que
el territorio al ser expresión económica y socio-política del espacio
geográfico, se constituye en el objeto de trabajo de los geógrafos.
El territorio está constituido por un conjunto articulado de elementos
físico-naturales, socioeconómicos, culturales y político-administrativos, que
le proporcionan su esencia y pertinencia.
Los elementos del territorio pertenecientes a los sistemas naturales
constituyen medios de trabajo (tierra) y objetos de trabajo (agua, suelos,
vegetación, fauna, yacimientos mineros y fuentes de energía), por tanto oferta
material para los sistemas sociales y la producción económica, al tiempo de ser
condicionantes de procesos socioterritoriales.
Los elementos que conforman los sistemas socioeconómicos constituyen un aporte
para la sociedad en su conjunto o para grupos de agentes sociales y requerimientos
para la base patrimonial natural.
Los elementos de orden político-administrativo se constituyen en acciones,
instrumentos y mecanismos con efectos diversos en la organización del
territorio, y en la delimitación de unidades político-territorial reconocida.
A su vez, su condición de soporte permite explicar los vínculos de dominio,
apropiación, control y relaciones de poder que ejerce un determinado sujeto,
por ejemplo el Estado o un grupo de la sociedad sobre la totalidad de un
territorio o de partes del mismo. De ahí que cuando se designa un territorio
siempre se asume la existencia de un espacio geográfico y de un sujeto (el
Estado) que ejerce sobre él cierto dominio, una capacidad de direccionalidad,
una facultad de control y unas relaciones de poder. Cfr. Montañez, G. (2001).
Territorio
Es la totalidad o parte sustantiva del espacio geográfico, objeto de poder del
Estado, perteneciente a una nación o asociación de ellas, región, estado o
municipio. Por tanto es una unidad político-administrativa reconocida y
soberana.
Es soporte del Estado y del desenvolvimiento de la sociedad, constituido por
elementos físico-naturales, socioeconómicos y político-administrativos. Al ser
soporte y expresión de hechos sociales, es ocupado, apropiado, controlado y
ordenado por diversos agentes sociales, entre otros el Estado y los
particulares con sus propiedades, adscritos a una jurisdicción de carácter
administrativo.
Es dimensión espacial donde se expresan las políticas de desarrollo económico y
social y las acciones de intervención que afectan la base de sustentación
natural.
Atributos del territorio
El territorio posee un conjunto de atributos que lo identifican: condiciones
físico-naturales y recursos naturales como soporte y oferta territorial; población
y actividades productivas, conjuntamente con los usos de la tierra; una red de
centros urbanos y el espacio rural, articulados a una infraestructura de
servicios; una organización institucional y administrativa; delimitado y
sometido a los principios de soberanía.
Ámbitos territoriales
El territorio está conformado por una dimensión espacial de carácter
continental, de base urbana y rural; por el espacio marítimo-insular y por el
espacio aéreo, visto en función de una división político-administrativa
reconocida: nación o asociación de naciones derivadas de acuerdos estratégicos,
región, estado y municipio.
De lo expuesto se desprende que el territorio está revestido de atributos
fundamentales: a) condiciones físico-naturales; b) población; c) usos de la
tierra y actividades productivas; d) red de centros poblados de base urbana y
rural; e) equipamiento de infraestructura de servicios; f) organización
institucional y administrativa; g) división político-territorial reconocida y,
h) soberanía.
El territorio abarca ámbitos espaciales de dimensiones diversas y es visto a
diferentes escalas, desde lo nacional o como asociación de naciones producto de
acuerdos estratégicos, hasta aquellos de carácter regional y local.
En término de políticas derivadas de la acción del Estado, se concibe el
territorio como una construcción social, producto de la dinámica económica y
social, de las manifestaciones culturales de la población y de las relaciones
de poder, sin obviar la oferta del potencial natural y la pluralidad geográfica
que le imprime rasgos característicos.
Si se observa con atención los razonamientos expresados, es posible entender
que el territorio constituye la base geográfica donde se desenvuelve y
trasciende la sociedad; por tanto es el producto de la interacción histórica
entre la sociedad y la naturaleza, de divisiones político-administrativas,
cuyos resultados configuran elementos y procesos inherentes al campo de estudio
de la geografía, en ámbitos y a escalas diversas.
En este orden de ideas, la geografía como ciencia social del desenvolvimiento
de las actividades económico-sociales espacialmente consideradas y de desempeño
de la acción político-institucional, entiende al Estado como dimensión de la
sociedad que en el ejercicio del poder interviene el territorio y promueve
diversas políticas relacionadas con procesos de ocupación, localización, usos y
configuración territorial, cuya expresión síntesis es el ordenamiento del
territorio. Para ello el Estado se vale de un conjunto de instrumentos y
mecanismos, entre otros la normativa legal, la organización institucional y
administrativa, la provisión de medidas, programas y proyectos, la asignación
de recursos financieros y la promoción de acciones de participación social y de
gestión pública.
Los efectos de las actuaciones del Estado y del alcance de sus instrumentos son
múltiples y se traducen en la división político-administrativa del espacio
geográfico, en planes de inversión económica y social, en planes de ordenación
del territorio, en el ordenamiento urbanístico y del espacio rural, en la
construcción de obras de infraestructura y de dotación de servicios públicos,
en la redistribución territorial de recursos fiscales y fuentes de
financiamiento, en políticas de descentralización o de concentración, entres
otras. En su conjunto responden a una intencionalidad social que se manifiesta
en el cuerpo territorial.
A título informativo y para indicar el carácter polisémico del concepto de
territorio, en el contexto de los pueblos indígenas el término territorio se
asimila al de hábitat indígena, para indicar que es un espacio ocupado y
poseído por las comunidades indígenas, en el cual se desarrolla su vida física,
cultural, social, económica y política; que comprende las áreas de cultivo,
caza, pesca, continental, fluvial y marítima; recolección, pastoreo,
asentamientos, caminos tradicionales, caños, vías fluviales, lugares sagrados e
históricos y otras necesarias para garantizar y desarrollar sus formas
específicas de vida. Por tanto, el territorio hace referencia al espacio
físico-natural reconocido por la tradición como asiento inmemorial de
antepasados y de referentes culturales. (Art. 2. Ley de Demarcación y Garantía
de Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas. Venezuela, 2001).
Por otra parte, un concepto de interés para la geografía política es el de
territorialidad, o ejercicio del poder que ejerce el Estado a través de sus
instrumentos, mecanismos y actores sobre un territorio dado, asegurando su
autoridad para la población que en él habita, la garantía de su integridad y el
reconocimiento de su soberanía por parte de otros estados-nación. Es, por
tanto, parte sustantiva del espacio geográfico donde se ponen de manifiesto
hechos naturales y se desarrollan procesos socioeconómicos, culturales y
administrativos que se relacionan con grupos sociales y con procesos de
ocupación, movilidad, localización, usos y configuración espacial. En estrecha
relación con este concepto se expresa el de gobernabilidad
Espacio Geográfico
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